Me despierto, siento que dormir como reina, en una cama tan suave, sábanas de seda, un olor ricos, luz tan cálida. ¿Demonio dónde estoy?, Me levanto y me lastimo la herida. - aush. - Ya estás lastimándote otra vez.- escucha la voz del detective, dios mío. Miró a todos lados, mi ropa, mis cosas. - ¿Qué sucedió? ¿Cómo llegué aquí?. - Creo que estabas más agotada de lo normal, terminamos de comer y cuando fui a ver si te habías escapado estabas dormida. Este hombre tiene que salir de esa manera, con todo su pecho descubierto, con sus brazos musculosos, sus pectorales bien proporcionado, su abdomen tan bien ejercitados, su cuerpo tan bien distribuido y una gran herida en su espalda. - Si me mira de esa manera me ocasiona malas ideas teniente, y usted está convaleciente. - Deje de decir