No puedo creer que se me haya escapado otra vez, ese desgraciado tiene una suerte de los mil demonios. - Capitán - me llama uno de mis hombres - ¿está bien?. - ¡No!, se escapó el desgraciado de Benítez. ¿Cómo está el hijo del gobernador? - No lo encontramos capitán. - ¿Cómo que no? - entro a la escena es un caos la mayoría de los hombres de Benítez están muertos. Entro donde lo tenían hay sangre de un lado. - ¿dónde está el otro equipo? - Si te refieres a los de inteligencia- escucho a Jeffrey entrar - no están, se desaparecieron como arte de magia. - ¡Demonios!, seguro se llevaron al hijo del gobernador porque ninguno de los hombres de Benítez salió vivo de aquí. - Maeson cálmate, si se lo llevaron esta vivo. - Ese no es el punto, resulta que trabajamos en equipo y se lo llevan. ¿