Nadie dijo nada, Fernanda lloraba en silencio y aunque Santiago se acercó para consolarla, ella no sintió los brazos de su novio que la rodeaban, ella tampoco estaba escuchando nada y las lágrimas prácticamente la estaban cegando.
Amelia se dio cuenta que cuando la vio, cuando la miro por primera vez era como si hubiese visto a alguien pero tan centrada en Santiago estaba que dejó de prestarle atención enseguida.
—¿Cuántos años tienes? —Pero Fernanda no podía decir nada.
—Arturo creo que ella no… —Santiago intentó excusar el silencio de Fernanda.
—¿Qué importa eso? —Estaba como muerta cuando dijo aquello interrumpiendo a Santiago.
—Nosotros una vez…
—No soy yo —esta vez se sentía un poco más conectada con lo que estaba sucediendo, al menos lo que ella creía y la firmeza en su voz
