El beso accidental entre Alfredo, el padre del novio, y su futura nuera había dejado un rastro de tensión en el aire, una tensión que ninguno de los dos podía ignorar, y que se intensificó cuando Bruno besó a Juliana. Ella se tensó visiblemente, incapaz de disimular su nerviosismo. Mientras tanto, Alfredo sintió un pinchazo en el corazón, una pizca de celos que le hizo desviar la mirada, aclarándose la garganta en un intento de aliviar la incómoda situación. —Hola Juliana, años sin verte —expresó el señor Villamizar. Luego que su hijo abandonara los dulces labios de la novia. Juliana soltó el aire que contenía. —Buenas tardes, señor Villamizar —mencionó con voz suave. Él plantó su profunda mirada en los ojos de ella. Juliana desvió la vista. —Juliana está un poco nerviosa —comentó Bru