"Está equivocado, " dijo Caleb. Una vez más, la sala estalló en un grito de asombro y el administrador tuvo que golpear su bastón en varias ocasiones. "Esta no es una guerra de mentira", continuó Caleb. "No es ningún truco. No es una treta para incitarnos a salir. Es muy real. Cuando haya terminado, todos los seres humanos en esta isla habrán muerto. Y la cofradía de la Marea Negra y todos sus hermanos y hermanas se habrán saciado de sangre, estarán más fuertes que nunca. Se los aseguro, cuando estén listos, concentrarán todas sus fuerzas contra nuestra cofradía. Al esperar aquí, dejándolos crecer, ustedes -todos nosotros- nos convertimos en un blanco. Y si esperan demasiado tiempo, será demasiado tarde. "Lo que es más, tienen un arma secreta en su poder", añadió Caleb, preparándose par