Ronak está tan furioso que tiembla. Todo su cuerpo está tenso, los puños y la mandíbula apretados, los hombros tensos, los ojos como tinieblas. Evert espera una reacción. Es lo que hace siempre, me doy cuenta. Pulsar botones, intentar llegar a donde están ahora mismo. Ronak suele ignorarlo o Sylred interviene, pero esta vez no. Justo cuando creo que Ronak está a punto de echarle la bronca, de tener por fin la discusión que lleva tanto tiempo enterrada, Ronak gira sobre sus talones y empieza a alejarse furioso. Pero antes de que pueda, Evert le agarra del brazo para detenerle. En el momento en que la mano de Evert entra en contacto con la piel de Ronak, es como si éste se encendiera. La rabia apenas contenida que había estado conteniendo se desata de repente. Ronak se da la vuelta, se e