Los días seguían pasando como si nada, y lo único bueno que a todos nos brindó más esperanza y fe, fue que Rocío se iba recuperando de a poco. Ya le habían sacado el maldito tubo que llevaba inyectado en su boca, lo cual lo utilizaba para respirar. Pero ahora lo podía hacer por si sola, aún seguía conectada a esa maldita maquina pero todos teníamos esperanzas. Era nada menos que 13 de febrero. Una ducha refrescante me sacaba de mis pensamientos en todos estos días, me relajaba por decirlo así. También me hacía olvidar algunas cosas. En fin, desde aquella noche de que había hablado con Harry, había sido la primera y la última vez después de la fiesta de su cumpleaños. Salí del departamento, chequeando el último mensaje de Zayn, el cual decía que ya me estaba esperando en el hospital. Miré