Narra Zayn: Era mi turno, al salir Nerea sus ojos largaban lágrimas, Angus no dudo en acercarse a ella y abrazarla fuerte. Nerea lloró un rato en su hombro, luego me miró, sabía que en este momento era mi turno. Abrí la puerta con miedo, las piernas me fallaron en ese momento, al verla allí sin poder hacer nada, sin ver su sonrisa, sus ojos, y todo por mí. Si yo no la hubiera llamado, si no le hubiera gritado... si tan solo la hubiera escuchado, ella no estaría en esta situación. Me sujeté por la puerta para no caer al suelo, las lágrimas no tardaron en salir, de nuevo. Me acerqué a ella, miles de tubos estaban conectados a ella, sus ojos cerrados no dejaban escapar el brillo de sus ojos, ese brillo que vi cuando la conocí en aquel auto. Me había acordado que había agradecido un montón a