¿Por qué me hizo esto? ¿Porque si me amaba me hizo tanto daño? ¿Acaso soy tan mala para merecer este daño? ¿Es un castigo del cielo? Estas eran las preguntas que antes Andrea se hacía en la soledad de la celda donde la confinaron durante varios días. Ahora su primo Augusto Taylor se marchaba nuevamente a un hotel de bajo precio para ahorrar hasta el último céntimo. Era necesario tener dinero para poder sacarla a ella de la cárcel. Aún estaba en una inspección de policía y debido a la providencia celestial no le trasladaron al C.P.F Centro Penal Femenino. Durante las noches pensaba en qué se equivocó para ser sometida a aquel castigo cruel, pero no lograba como el amor podía ser culpable. Ella solo pensaba ahora en cómo salir y vengar todo el daño que le produjo confiar en un hombre.