Patricio detuvo a Soledad del brazo, ella se había dado la vuelta para irse. ―Vamos a hablar a un lugar más privado, por favor. ―¿Para qué quieres hablar conmigo? ―Porque quiero explicarte. ―¿Qué me vas a explicar? ―Todo. ―Mira, puedo no ser de tu mundo, pero sé que mientras menos sepa es mucho mejor para todos, ¿no es así? ―No te quería hablar de los negocios ilegales, quería explicarte lo del café… ―No hay nada que explicar. ¿Cómo se iban a fijar en un par de mujeres sin gracia como nosotras? Patricio tomó del brazo a Soledad para conducirla a su oficina, ella se dejó llevar en silencio, sin protestar. Entraron al despacho, él le sirvió un vaso de bebida, sin preguntar, y se sentó en su sillón. ―Bien, habla, ¿qué me quieres decir? ―Tú sabes que a mí me gusta tu amiga