Patricio ayudó a bajar a Clara para que entrara a la casa. Soledad salió y quiso abrazar a su amiga, pero esta le hizo el quite, se aferró más a Patricio y entró con él. Sus piernas le dolían, lo mismo que sus muñecas. ―Amiga… ―No me hables, ¿por qué no me dijiste que Cristian te había secuestrado la otra vez? ―Porque no creí que fuera importante, dijo que no nos molestaría más. ―Pues sí lo hizo. ―Lo siento. ―No sacas nada con sentirlo. Debiste decírmelo. ¿Qué tiene ese hombre contigo? Tiene una obsesión, cree que tú eres algo así como una espía o una sicaria, ¿qué pasa? ―No sé qué le dio conmigo, si lo supiera… ―Sí, lo sabes. Es por tu pasado, ¿cierto? ―¡No! ¿Qué puede haber en mi pasado que me una a él, ni siquiera es chileno, es colombiano. ―Tranquilas, chicas, Crist