Cuando Mudo se va me da mucha sed, pero no me animo a llamarlo para que venga a ver que necesito, así que decido levantarme, me cuesta mucho hacerlo porque me voy girando para ver en que posición no duele el levantarme. Bajo lentamente agarrando con una mano mi vientre con mucho dolor, como que si no me lo agarro duele más y con la otra me voy agarrando de las escaleras, me da vertigo porque al estar medicada me da la sensación de que me voy a partir y empeorar mis heridas, antes de llegar abajo los escucho hablar, decido quedarme escuchando que es lo que dicen, asomo la cabeza para verlos, están en el sillón como siempre mirando un partido de fútbol mientras comen. —Todo bien que te la cojas pero no era para pegarme así. —Bueno se toca la cara gimiendo—. Mierda que me duele. —Debía ha