Camina hacia mi habitación comiéndome la boca a besos, y si que quiero que me la coma, en realidad toda quiero que me coma, no tiene donde perderse porque es la única puerta que hay después de la del baño que está abierta, se ha dado cuenta que era el baño porque agarró derechito para acá. Cuando llegamos a la cama me acuesta lentamente sin dejar de besarme, se sube arriba mío apoyándose en mi pero sin dejarme cargar su peso, le doy gracias porque debe pesar cerca de los cien kilos clavadito, es muy grande y hay que mantener un cuerpito como él y más morrudito, tiene unos muslos de los mil demonios que uffff, me vuelven loca y su espalda ancha que las dos veces que la recorrí sentía que no la abarcaba del todo, está cargado con los codos en la cama pero eso dura hasta que empiezo a subirle
