—Jere ¿podemos hablar?. —Si. —está cocinando una salsa de pollo para los fideos caceros que estoy haciendo—. ¿Qué pasa mami?. —Me da vergüenza esto. —deja todo y viene a mi lado. —Vamos largalo, conmigo nada de vergüenzas. —Si. —respiro hondo y lo enfrento—. Yo decia si nos juntamos... Si ya lo hacemos oficial el vivir juntos. —empieza a sonreír—. Yo decía porque prácticamente estamos viviendo juntos. —Ester. —me envuelve de la cintura riendo—. Al fin mujer, estaba esperando a que te decidas y lo sentí eterno. —lo abrazo como puedo para no ensuciarlo con mi manos con harina—. Mañana mismo vamos por tus cosas. —Bien... Ufff que nervios. —¿Y si esperamos para terminar de cocinar y vamos al sillón a un rapidín?. —Vamos. Ya sabia que él queria que me venga porque me lo dijo y que cuan