Capítulo 6

954 Words
POV de Kian Estaba en mi oficina cuando recibí un enlace mental, necesitaba ir de inmediato a las celdas. Saliendo de mi oficina, me dirigí a las celdas y me encontré con Declan y mi padre afuera, hablando. Pasando junto a ellos, los escucho venir detrás de mí. —¿Qué pasa? —pregunta Declan. —Acabo de recibir un enlace mental. Necesitaba venir aquí de inmediato —les digo y abro la puerta hacia las celdas. No me lleva muchos pasos oler esta fragancia deliciosa. Acercándome a una celda donde un guardia está esperando afuera, el olor es más fuerte. En el momento en que abre la puerta, reconozco la fragancia y siento un shock cuando mis ojos caen sobre su cuerpo golpeado en el suelo y Cannon, mi gamma, de pie sobre ella con sangre brotando de una herida en su pecho. Escucho su voz suave hablando y todos a mi alrededor se quedan boquiabiertos cuando revela que ella es mi compañera. Sigo parado allí cuando ella gira la cabeza y mira el techo antes de verla toser sangre y tener dificultades para respirar. ¡No me muevo! Solo me quedo allí mirando a mi pequeña Mate muriendo en el suelo frente a mí. Declan corre junto a mí y se agacha para levantarla. —¡Detente! —le digo cuando lo veo levantarse de un salto y acercarse a mí. —¡Esa es tu compañera! ¡O la llevas corriendo al hospital o la llevaré yo mismo ahora mismo! —comienza a gritarme. Miro entre él y mi Mate en el suelo. Veo sus labios volverse azules y camino lentamente hacia donde está acostada en el suelo. ¡No la llevaré! No quiero su cuerpo cerca del mío. —Llévala a la sala del doctor en el castillo y llama a una enfermera y a un médico —le digo y él rápidamente se acerca y se agacha para levantarla. Siento una pizca de celos cuando la levanta y tengo que apartar ese sentimiento cuando él sale apresuradamente de la celda. —Hijo, tal vez eso no sea suficiente. ¡Necesita el hospital! —dice mi padre e ignoro sus palabras. Mirando a Cannon, él solo se queda allí parado. —Lo siento, Kian. ¡No sabía que era tu compañera! —dice. —¿Por qué no te curas? —le pregunto. Lo veo mirar hacia abajo a su pecho y sus manos. —¡No importa! —responde y mi padre se acerca y agarra mi brazo. —Podemos hablar de esto después. Ahora necesitamos ir tras ella y Declan. ¡Ahora! —dice antes de comenzar a caminar. Suspiro y comienzo a caminar detrás de él. Cannon camina a mi lado pero no dice una palabra en todo el camino. Sé que tiene muchas preguntas y probablemente comenzará a disculparse de nuevo. Cuando entramos al castillo, escucho a mi madre gritándole a las enfermeras y paso una mano por mi rostro. Ella es la última persona con la que quiero lidiar en este momento. De pie afuera de la sala del doctor, veo a varias enfermeras y a un médico conectando su cuerpo a diferentes máquinas y fluidos entrando a su sistema. Se ve tan pequeña y frágil en la cama, una parte de mí quiere estar cerca de ella, mantenerla a salvo. Al mismo tiempo, odio el hecho de que sea tan pequeña y frágil. —Kian, le ayudaría si le dieras algo de tu sangre —se acerca mi madre y me habla, girando mi cabeza para mirarla simplemente la niego con la cabeza. ¡No la ayudaré! —¡Por el amor de Dios, es tu compañera! —escucho la voz enojada de Declan. —No sabemos por qué está aquí. Todo lo que sabemos es que estaba con los renegados y no ayudaré a una enemiga —afirmo con simpleza, el hecho, antes de darme la vuelta y caminar hacia mi oficina. Al entrar, escucho a Declan caminando detrás de mí. —Si no sobrevive, nunca podremos preguntarle qué hizo con ellos —lo ignoro seriamente. No estaría allí si no estuviera con los renegados. Dentro de mi oficina, camino hacia mi escritorio y me siento, mi padre, mi madre y Cannon entran. Supongo que quieren respuestas. —¿Cuándo la conociste y por qué no nos has hablado de ella? —pregunta mi padre en cuanto entra a mi oficina. Suspiro y saco su expediente de mi cajón, entregándoselo a mi padre antes de verlo y a Declan empezar a mirarlo. Un momento pasa antes de que hable. —¿Me estás diciendo que ella es ella? ¿La chica que desapareció hace tres años? —dice con voz enfadada. Al mirarlo supongo que está preparado para escuchar algo que no le gusta. No tiene sentido ocultárselo más, al decirles la verdad los veo a todos mirándome con ira. No esperaba nada diferente. —¡Kian! ¿Cómo pudiste? ¡No te criamos así! —dice mi madre con ira en su voz antes de comenzar a caminar hacia la puerta—. ¡Estoy realmente decepcionada de ti! —habla antes de salir y cerrar la puerta de un portazo. Solo miro a los otros tres en la habitación. Mi padre me señala con el dedo por un momento antes de negar con la cabeza y salir de mi oficina. Tendré que lidiar con ellos más tarde. —No entiendo nada de ti, Kian. ¡Ella es tu segunda oportunidad de compañera y la dejaste ir! —dice Declan y se sienta en una silla. Recostándome en mi silla, miro hacia el techo. No tiene sentido tratar de explicarle mis razones. 
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