Capítulo 5

939 Words
POV de Selena Me despierto, supongo que temprano por la mañana, cuando se abre la puerta de arriba y varios pies pesados bajan las escaleras. Tratando de mover mi cuerpo destrozado, me siento un poco mejor pero lejos de curarme. Si pudiera tener medio día más, sé que tendría la oportunidad de escapar. No tengo tanta suerte cuando un guardia se detiene en mi puerta y gira la cerradura. Al escucharlo abrir la puerta y aspirar profundamente el aire, siento miedo recorriendo mi espina dorsal. ¡Mierda! Apuesto a que mi olor está volviendo. —Cannon, ¡mejor ven aquí! —dice el guardia y ahora sé que mi tiempo se está acabando. —¿Cuál es el problema? —responde una voz profunda, y la reconozco como el hombre que me interrogó ayer. Lo escucho aspirar el aire antes de entrar y pararse sobre mi cuerpo. No me atrevo a abrir los ojos cuando siento que agarra mi camiseta y me levanta. ¡Sacudiéndome de golpe! —¡¿De dónde diablos eres?! —dice su voz y abro los ojos para encontrarme con su enojado rostro. Él tiene un fuerte agarre en mi camiseta, provocando que se suba y deje mi cuerpo desnudo a la vista de todos. Intento calmar mi acelerado corazón. ¡Es un tipo grande y robusto! Me veo como una niña a su lado. —Respóndeme o tendré que sacártelo a la fuerza —dice, y mantengo mi boca cerrada. Su puño cae sobre mi rostro y me golpea con fuerza. Mi cabeza cae hacia un lado y siento como rompe mi nariz, la sangre comienza a fluir. —¡Te daré una última oportunidad antes de empezar a romperte las piernas! —todavía no le doy ninguna respuesta, no hay forma de que revele por lo que he estado luchando durante años. —¡Tráeme la jeringa! —lo escucho decir al otro guardia antes de que salga rápidamente de la celda. Sé que mi tiempo se acabó y todo lo que puedo hacer es luchar por lo que queda de mí. Al escuchar al guardia volver, trato de reunir todas las fuerzas que tengo. Cuando entra en la celda y está a punto de entregarle la jeringa al hombre llamado Cannon, rápido levanto la mano y se la arrebato antes de clavarla en el cuello de Cannon. Recibiendo un gruñido furioso antes de que me tire al suelo y saque la jeringa de su cuello. Me levanto rápidamente y doy unos pasos hacia atrás, manteniendo mis ojos fijos en él. Viendo cómo sube y baja su pecho, sé que está furioso. —¡Trae a Kian ahora! —ladra al otro guardia que sale corriendo de la celda, dejándome sola con este hombre furioso. Mirándolo, veo lo enojado que está y todo lo que quiere es matarme. Quizás, sea la forma más fácil para mí, dudo que Kian sea más amable cuando se entere. —¡Te arrepentirás de haber hecho eso! —dice antes de lanzarse hacia mí. Esquivando, logra agarrar mi camiseta y me doy vuelta para enfrentarlo. Saco mis garras y lo araño en el pecho. Solo logro enfurecerlo más cuando veo la sangre brotar de la herida. Él me arranca la camiseta de mi cuerpo antes de que su puño golpee mi cabeza, al caer hacia atrás mi cabeza golpea el suelo con un golpe sordo y veo puntos negros frente a mis ojos. Mis oídos comienzan a sonar y no puedo concentrarme en lo que me rodea. Es cuando siento que pisa mi pierna antes de que sus manos bajen y rompan mis dos piernas. Grito de dolor y siento cómo me patea en el estómago. —¡Te lo advertí! ¡Ahora dime de dónde vienes y podría acabar rápidamente con tu vida! —dice y solo intento respirar a través del dolor. Me pregunto qué dirá una vez que descubra que ha golpeado a la compañera de Kian. —¡De aquí! —digo y escupo algo de sangre en el suelo mientras abrazo mi estómago. Esa es la única respuesta que obtendrá de mí. —¿Tratas de ser graciosa? —dice cuando me patea en la espalda y puedo escuchar cómo se quiebra mi columna vertebral. Gritando el dolor, me toma un momento regresar a mi entorno. Mi cuerpo no puede sanar y siento que cada vez es más difícil respirar. Quizás, es mi momento, ¡no puedo soportar más! Solo estoy ahí tirada en el suelo, sin poder mover mi cuerpo en absoluto. Mirando hacia el techo, siento cómo mi cuerpo se apaga lentamente. Comienzo a toser sangre cuando varios pasos pesados se acercan a nosotros. En este momento, ya no me importa, estoy prácticamente muerta de todos modos. No necesito escucharlo para saber que es él cuando su aroma llega a mi nariz. Los hombres se detienen junto a la puerta de mi celda y escucho cómo inhalan profundamente. Girando lentamente mi cabeza hacia un lado, me encuentro con su hermoso rostro. —¡Un gusto volver a verte, compañero! —digo y escucho cómo varias personas jadean en la habitación. No aparto la mirada de él y veo el shock en su rostro. —Si viniste a presenciar mi último aliento, no te decepcionaré —digo cuando comienzo a toser sangre. ¡Sé que esto es todo! Mi tiempo ha terminado. Girando la cabeza, miro hacia el techo. No quiero que su rostro sea lo último que vea antes de irme. Mi respiración se agota y comienza a ser realmente difícil respirar antes de que todo se vuelva n***o.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD