OLIVIA SLOAN Estaciono el coche en el garaje de mi casa, las manos me tiemblan mientras continúan aferradas al volante y es porque sé lo que tengo que hacer ahora, sé que no me agradará y mucho menos a mi madre pero también tengo en claro que es lo correcto después de todo. Me siento terriblemente agotada, las ganas de llorar las tengo atoradas en la garganta y aunque lloré todo el camino, todavía me quedan dos días completos de lágrimas que para mi mala suerte tengo que reservármelas. Jade es lo primordial ahora, no perderla es lo esencial en este caso y por más que quiera e intente, no puedo enfocarme en otra cosa que no sea no perder la custodia de mi hija. Tengo tantas cosas en la cabeza que incluso hice una lista mental en el camino siendo el primer punto contactar a un abogado