OLIVIA SLOAN
Visto a Jade con un vestido amarillo, unos zapatos blancos y le recojo el cabello en un moño. Se ve feliz, radiante porque según ella las aventuras son mejores cuando se inician con una sonrisa. Es una lástima que no pueda emocionarme como lo hace mi niña.
—Mami, ¿Puedo despedirme de los abuelos?—pregunta sosteniendo su muñeca con ambas manos.
Bajo las maletas de la cama y les saco la aspa sosteniédolas entre mis manos.
—No, cariño, ambos salieron—respondo sonriendo, agradeciendo que sea una niña obediente porque sé que no va a refutarme nada.
—Oh, bueno. —es lo único que dice. Toma su pequeña maleta con todos sus juguetes y abro la puerta. Salgo primero, gracias a Dios todo está en silencio cuando bajamos las escaleras y no veo a mi madre por ningún lado.
Olivia vie
