Rumina Posgrov bajó junto a sus cuatro escoltas armados, su asistente y el asistente de esta. Nunca entendí la manía de los adinerados de tener miles de personas haciendo las cosas que ellos mismos podrían hacer si dejaran de ocuparse por tanto tiempo de sí mismos. La mujer vestía un saco de piel mientras que nosotros nos manteníamos agachados en el frío suelo de concreto. Ella salió y sus hombres cargaban sus maletas. Marcia y Kevin esperaban a cada costado de su Mustang GT Premium Fastback de color rosa neón, muy discreto para la hija de un antisocial. Estaba justo de frente a el coche y podía verla completamente caminando hacía él, su seguridad estaba demasiado ocupada y era el momento. -¡Ahora, ahora!- susurré sobre el radio y la acción empezó. Kevin y Marcia salieron de sus escondi