-Mierda- murmuré apenas y fui consciente de que había sido otro día, me costó abrir los ojos y cuando por fin lo logré, los cerré de inmediato debido a la insoportable sensación que martillaba en mi sien.La cabeza me dolía un poco, ¿Quién me dijo a mi que podía tomar vino? Si ni el vodka del que me había rodeado toda la vida en Rusia me había caído bien alguna vez. Abrí los ojos y vi una gran mano masculina sobre mi abdomen. Giré la cara con cuidado, Vito seguía dormido. El “un poco” de dolor se multiplicó por cien cuando por fin pude levantarme de la cama. Seguía vestida, recordaba poco luego de que él decidiera llevarme en sus brazos y con una cara de asco me vi en el espejo- Das pena- murmuré a la otra Xariann, y ella me apoyo. Decidí darme una rápida ducha, no podía estar apestando to