Elizabeth, había visto en vidriera era delicado, elegante, de repente pensó."¡¿Estará todavía aquel vestido"!?
Había pasado mucho tiempo.Mientras Elizabeth, esperaba a su amiga Paula, jugaba con Danilo su hermano más chico, había un metegol se lo pasaban las horas jugando.
Apenas Elizabeth siente qué suena él timbre, él mayordomo se dirige abrir aquella puerta.
—¡No dejé!... es mi amiga a quién espero. —Acoto Elizabeth.
— Vamos amiga, me quiero comprar un vestido qué ví en vidriera.
Elizabeth toma las llaves de su auto, su padre se lo había regalado, cuándo terminó él secundario, se sentó en él volante, y encendió la radio, están pasando música romántica, ella y su amiga Paula cantan y ríen lo pasan bien.
Elizabeth estaciona su auto, tienen qué caminar una cuadra se encuentran con él salón de compras qué es enorme, está decorado con luces y todo lo referido a las fiestas de fin de año, hay mucha gente comprando.
Elizabeth llega hacía él negocio, en la vidriera estaba él vestido, qué ahora no está...baja la cabeza.
— ¡Vamos amiga, no está!
Su amiga Paula la convence, para qué entre a preguntar adentro del salón .
—!Si, Está ! —.Exclamó Elizabeth.
Ella dió un salto de alegría.
— ¡Pero qué lindo vestido!—,me encanta.
Elizabeth entró al probador y se lo midió, luego salió afuera para qué su amiga le dijera su opinión.
—Te queda precioso amiga.
Elizabeth sacó él dinero qué su padre, le había dado y se lo pasó a la vendedora.
Después subieron por unas escaleras, mecánicas tomaron, recorrieron él lugar qué era bastante espacioso, se estaba haciendo un poco tarde y debían volver cada una a su hogar, cuándo Elizabeth llegó su padre la estaba esperando, con una sorpresa, le había preparado una canción para ella.
Su padre se sentó en aquél piano, mientras sus dedos tocaban, miraba a su hija anonadado, su mirada hacia ella parecía brillar.
"Cómo a crecido mi chiquita,si pareciera qué fué aller cuándo la tuve en mis brazos".
Su papá por ahí se desconcentraba un poco, tocando él piano, era tan feliz junto a su hermosa familia.
De pronto él padre de Elizabeth sintió, gran emoción y orgulloso de tener a su hija estudiando una carrera, del varon no esperaba tanto, no podía pedir, más de lo que Dios le había dado, una familia espectacular, en los negocios todo perfecto, con sus suegros todo maravilloso.
Una lágrima calló por su mejilla, él intuía algo, pero no sabía lo qué era; en ese momento lo único qué deseaba brillar ante su hija y su esposa.
Mientras él padre de Elizabeth tocaba él piano, él personal qué trabajaba para ellos preparaba la mesa.
— !Ya está todo listo, Elizabeth!— .Puntualizó, Clarisa la cocinera.
Cuándo se estaban aproximando a la mesa, suena él timbre.
— ¡Abuelo!— ¿Eres tú?
Danilo dió un grito de alegría , habían llegado sus abuelos .
—Pasen, siéntense por acá, qué la mesa está servida—Ordenó Elizabeth.
A la mesa agregaron más sillas, los abuelos le llevaban él postre y muchos regalos.
Danilo comenzó a pelear con su primo más grande .
— ¡Mi abuelo al lado mío!
— ¡Basta Danilo! —,sino te vas a la habitación.—No lo retes a mi nieto—.Ordeno él abuelo.
Allí se sentía mucho bullicio y gran alegría, la mesa estaba servida.
—¿Se van a quedar a dormir ?— Pregunto Danilo.
—Si, nieto querido nos vamos a quedar.
Mientras la chimenea del gran living, calentaba él ambiente, Danilo jugaba con su abuelo, habían terminado de cenar, después sirvieron él café.
Danilo nació de sorpresa muchos años más tarde, qué Elizabeth.
Danilo era él más chico y el más, mimado, aunque los otros dos no se quedaban atrás, su primo y hermana.
Elizabeth se aproxima a su padre, lo besa con mucha ternura, él la a llenado de mimos, de atención.
Elizabeth siente su vida plena de felicidad; le preocupa lo qué siente por Germán, es un hombre más grande qué ella, aún asi se a mantenido preocupada en los estudios.Sus abuelos se van a quedar para pasar, las fiestas juntos , aún sigue nevando, los paisajes son maravillosos en esa cuidad .
La chimenea de aquella casa está a full.
Amanece y él chófer del padre de Elizabeth, lo está esperando afuera; tienen qué salir a recorrer kilómetros son dueños de minas, la madre de Elizabeth se queda un rato más en la cama.
El padre de Elizabeth, toca a la puerta adonde está su hija .
—Pasa, papá .
Ella lo abraza y él la besa en la frente.
—Mi papá, mi divino padre.
—Me voy a las minas hija—,llegaré a la anochecer.
— ¿No quieres qué te acompañe papá?
—Bueno vamos—,Exclamó su padre.
—¿Me esperas mi lindo papá?—Acotó su hija.
Su padre bajó a desayunar, pidió a su mayordomo qué le sirviera unas tostadas con café, mientras Elizabeth se preparaba cómo para ir a una fiesta y no a un lugar de campo.
Elizabeth se dió una ducha, primero se puso un vestido, pero luego se dió cuenta qué mejor de pantalón Yin.
— ¡Ya estoy lista papá!
Pero su padre, le ordenó qué tomara un buen desayuno, antes de salir.
mientras Elizabeth espera qué le preparen, él desayuno llama a Paula su amiga, ella recién está en él primer sueño.
—¡hola amiga! —¿Porqué me llamas tan temprano?
—Amiga levántate qué vamos con papá, un poco lejos de acá a las minas.
Elizabeth le pidió a su padre, qué por favor esperarán a su amiga Paula.
—Hija el chófer está esperando.
—¡Papa por favor!—.Quiero ir con mi amiga.
Ellos esperan media hora, hasta qué al fin Paula apareció.
—Es hora de irnos, vamos hija querida.