Su mente estaba en completo caos. Había mantenido todo en orden, su vida estaba en orden. Lo tenía todo planeado y acoplado a su realidad actual. Podía lidiar con Sara, con el poco romance que tenía con Nat, con sus pacientes con diversos problemas y con mantenerse al margen de no meterse con los militares y no salirse en el toque de queda. Lidiaba con ello. Pero ahora parece que todo está fuera de control y nada está al alcance de sus manos. Canceló todas sus citas, no planeaba ver a nadie. Quería salir y buscarla. Andrea. Necesitaba hablar con ella. Pero era curioso que, a pesar de vivir en un pueblo, no sabe dónde vive ella. Rasca con fuerza su cuero cabelludo, apaga su cigarro y sale de su oficina. Está asfixiado. Cuando sale de su consultorio, respira hondo y cierra los ojos.