Con Ana en j***n Mikhail se sentía listo para enfrentar lo que Los Caruso hicieran para responder la notoria amenaza que le envió a Giovanni con Oriana. La italiana había quedado traumatizada al ver la expresión que apareció en el rostro de aquel atractivo hombre que era su obsesión esa noche que lo fue a ver a la Mansión Belyayev. Era como si un demonio lo hubiera poseído, desfigurando su cara con un notorio odio que exhalaba no solo en cada palabra que utilizó para describir las horripilantes muertes que ella y su padre tendrían, sino por la roja mirada. Sí, esos ojos dejaron de ser violeta y se tornaron en un rojo tan brillante como el fuego, destilando llamas que querían en ese momento quemarla viva para así deshacerse de ella.
Al llegar a Italia, lo primero que hizo fue ir a ver a s
