P.O.V. MOLLY Todo fue un caos al llegar a Washington. Me castigaron sin computador, tablet y teléfono. No querían que de ninguna forma contactara con Henry. En vez de meterme al colegio al que ya habían dicho que entraría, me metieron a un internado católico. ¿Pueden creer semejante ironía? Obviamente todos me mal ven en este lugar, para ellos soy un pecado andante y eso que no saben la razón del porqué estoy aquí. El simple hecho de tener dos madres les parece abominable, muchos cuestionan el porqué, en primer lugar, la madre superiora me permitió el acceso. Los primeros meses fueron los peores, entre adaptarme al lugar, soportar el bullying y la humillación por ser hija de quienes soy y lidiar con mi depresión y mi corazón roto. La hermana Elena ha sido mi único consuelo en este