—Si hubiesen regresado a esa casa habrían muerto. Las tres —sentencia con una seriedad inquebrantable. —Íbamos a quedarnos en la casa de Andy… —balbuceo, pero que vuelve a interrumpirme. —¿Y qué nos asegura que no hubiesen seguido tu rastro hasta esa casa también? —ahora alza un poco la voz, viéndome con sus ojos rojos carmesí, vuelto una furia— ¿Qué nos asegura que, por quedarse en mi casa, camuflaron su rastro con el nuestro? El humano siempre se detecta rápido… —restriega con fuerza sus manos en su cara y patea, arrancando un pedazo de pasto con tierra en el proceso— Si no beberás sangre, entonces pasa tiempo oculta. Esos hijos de puta no pueden darse el gusto de ponerte una mano encima. Van a matarte, no podemos dejar que una situación como la de anoche vuelva a suceder. —¿Cómo es e