El sonido del aleteo de las páginas al ser pasadas rápidamente por Alessander nos envuelve, y yo sigo leyendo muchas frases parecidas. Todas se refieren a lo mismo: una Dhampir que nace, y que debe beber sangre para luego tener un hijo que será el nuevo rey. No quiero tener hijos, no me veo siendo madre, al menos no aún. Se nota que los viejos decrépitos que escribieron esta absurda profecía no tenían nada que hacer con sus vidas.
—Encontré la otra parte, la que habla sobre tu futuro esposo.
Esperen, ¿qué? Volteo para ver a Alessander, sin creer lo que dice. Él levanta la vista del libro y se ríe al ver mi cara de espanto. ¿Acaso nadie toma importancia de lo que quiero?
—No voy a casarme con un desconocido —sentencio con la paciencia colmada.
—Tampoco me agrada… —desliza el pesado libr
