Capítulo 1: Trágame tierra.

620 Words
Capítulo 1: Trágame tierra. Me cubrí los pechos y caí en cuenta de que estaba apenas cubierta con una bata transparente que dejaba ver mi desnudes con un doctor que NO era el mío y que ni siquiera trataba gente adulta, sino niños. Trágame tierra y escúpeme en la casa de Harry Styles. —¿Qué? Pero… —me había quedado sin palabras. El doctor Parker me observaba con una ligera sonrisa burlona probablemente entretenido conmigo. —Este consultorio es para pediatría —explicó—, el ginecológico queda del lado derecho al pasillo. Cubrí mi boca, luego mis ojos y luego me quedé más rígida que una roca. —Entonces eres pediatra. —dije queriendo que me dijera que era una broma mirándolo entre mis dedos. —Sí —afirmó regalándome una deslumbrante sonrisa de dientes blancos—. Hades Parker para servirte. —¿Hades? —repetí incrédula, sus padres no lo querían de seguro, aunque bueno, yo me llamaba Nube— Entonces no eres mi ginecólogo. «Bien Nube, creo que eso ya estaba más que claro». —No —conservó su sonrisa mientras tomaba mi ropa y me la ofrecía—, a menos que quieras que te revise de otra forma… ¿Ah? Lo ignoré quitándole mi ropa de las manos sintiéndome toda torpe mientras me levantaba de la camilla, pero lo hice tan rápido que mis pies se enredaron entre sí y me caí al piso de frente aguantándome de las manos y rodillas para no lastimarme la cara. Maldita sea. Alcé la vista hacia él casi queriendo tener el poder de desparecer, pero aguanté la respiración cuando su mirada penetrante se fijó en mí; observándome desde su altura dejándome nuevamente sorprendida ante su belleza sobrenatural del inframundo, no sé por qué tragué en seco cuando noté algo distinto en sus ojos; misterio, deseo o tal vez oscuridad. Él estiró una de la comisura de sus labios en una sonrisa que me pareció perversa y me tendió una mano. —Arriba —murmuró, pero parecía ser más una orden que una sugerencia. Tomé su mano para levantarme y en el momento que nuestras pieles hicieron contacto me estremecí, su agarre era firme, sus ojos nunca dejaron los míos y tuve que recordar como volver a respirar correctamente. Él era ese tipo de hombre que podía robarte el aliento y dejarte desarmada solo con una mirada. ¿Hacia calor o era yo? Uhm, creo que era yo. Me solté de su agarre y me volteé para colocarme los pantalones rápidamente, solo necesitaba huir de aquí lo más rápido posible, me coloqué la camisa, pero el sostén y las bragas las metí en mi bolsillo, solo necesitaba desaparecer y poder volver a respirar. —Yo, uhm, lo siento. —dije sin poder mirarlo a la cara y me dirigí a la puerta rápidamente con los zapatos en la mano. —Detente. Me detuve al escuchar su voz y me volteé para ver que quería, nuevamente parecía dar órdenes en vez de sugerencias. Raro. —¿Uh? —murmuré. Él aún mantenía esa ligera sonrisa perversa en sus labios y no pude evitar notar que se les formaban unos hermosos hoyuelos en las mejillas. Genial, la peor vergüenza de mi vida con el hombre más bello que había visto en mi vida. «Bravo, Nube». —¿En serio eres virgen? Me quedé por un momento tan quieta como una estatua mientras me sonrojaba y no le respondí, solo me giré apretando los labios, yendo directamente al otro lado del consultorio donde era mi cita, esta vez me aseguraría de preguntar antes de desnudarme como toda una loca. Esperaba nunca más ver a ese doctor Hades Parker.
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