47.No por ahora Annie Cuando escucho los latidos erráticos de mi bebé durante el monitoreo fetal, la desesperación se adueña de mi cuerpo y empieza a temblar incontrolablemente. Las lágrimas comienzan a bañar mi rostro. Tomo el timbre que está al lado de la cama y llamo a la enfermera. —Por favor, llame al doctor Summers. –Ella también lo escucha y sale de manera apresurada a buscar a mi médico quien no tarda mucho en entrar. Cuando se da cuenta del motivo de mi angustia, sale un momento y regresa rápidamente. —Annie, ya pedí que prepararan el quirófano. No podemos esperar. Tu hijo no tiene suficiente líquido y está sufriendo. Necesito hacerte una cesárea de emergencia. Solamente puedo asentir con mi cabeza, porque las palabras no salen de mi boca. Muerdo mis labios, trat