Él conducía y MC solo podía aferrarse a su cintura, apoyar su rostro en su espalda y oler su colonia. Los músculos de Jake se tensaron al sentir su tacto, su mente era un alboroto, su corazón estaba acelerado por dos motivos. El primero la adrenalina de escapar de la mina y de la policía que les iba pisando los talones y en segundo lugar por tener a su amor tocándolo, acariciándolo, sintiendo su tacto en su cuerpo aunque fuera a través de su ropa.
Luego de varios kilómetros y habiendo dejado atrás el sonido de las sirenas y las luces de los helicópteros, estacionaron frente a un hotel al borde de la ruta.
Ambos nerviosos por el encuentro, se sacaron sus cascos y lo único que podían hacer era sonreír.
MC bajo de la moto primero, apoyo su casco en el asiento trasero y lo miro con dulzura.
MC: Hola Jake.
Le dijo sonrojándose y bajando la mirada.
Jake: Hola MC
Él tampoco podía parar de sonreír. Descendió de la moto pero siguió sentado en ella, solo que esta vez de costado.
Extendió su mano y la atrajo hacía él. Con una mano en su cintura y la otra debajo de su barbilla alzo su rostro y mirándola a los ojos le dijo:
Jake: Eres tan cabeza dura.
Ella lanzó una carcajada y respondió
MC: Jake... en eso nos parecemos.
Jake: Lo sé.
Y en un segundo atrapo su boca con la suya, era un beso suave, tierno pero lleno de sentimientos. Era como si no quisiera que se rompiera, era cuidadoso pero intenso a la vez.
El beso duro apenas un minuto, pero en el se dijeron tanto... que en palabras les costaba pronunciar.
Jake: ¿Por qué lo hiciste?
Ella con mucha timidez y poniéndose roja nuevamente.
MC: No iba a dejar que murieras por mí. Simplemente no podía sentarme a esperar que cumplieras tu promesa.
Jake: Gracias. Eres lo único que me importa en este maldito mundo.
MC: Y tus hermanas. No las olvides.
Jake: Lo sé. Pero lo que siento por ti no lo puedo comparar con nada. Eres el aire que respiro, en lo que pienso cada momento del día y a quien quisiera tener junto a mí por siempre.
MC se había quedado sin palabras, mientras un nudo se apodero de su garganta. Así que lo único que pudo hacer para responder a sus bellos sentimientos fue besarlo profunda y apasionadamente. Luego de un largo rato, él la abrazo fuerte junto a su pecho, no quería soltarla.
Él había estado días enteros planificando este encuentro, por lo que no dejo ningún detalle librado al azar.
Llevaba en su mochila identificaciones falsas a nombre de los dos, por lo que no le fue difícil registrarse en ese hotel.
Cuando él las presento en la conserjería ella lo miro asombrada, pero aun así no dijo ni una palabra. Le asignaron su habitación y ahora si, por fin, iban a tener la tan ansiada intimidad.
Las manos de MC sudaban mientras caminaban rumbo a la habitación. En cambio, Jake no podía dejar de mirarla de reojo y sonreír como un adolescente.
Al llegar él abrió la puerta y le cedió el paso a MC.