Capítulo 5

1973 Words
[DANE] Al día siguiente Después de que mi mundo se derrumbara completamente el día de ayer, salir de la boda e irme a dormir plácidamente a mi departamento no era una opción. Tuve que irme a un bar, invadir mi cuerpo del alcohol e intentar hacer que el mismo me hiciera olvidar de lo que ocurrió ayer. Las palabras que me dijo Salma siguen ardiendo al igual que una herida a la que le echas alcohol, «¿Cómo pudo hacerme esto? Es que no lo entiendo» es la pregunta que ronda en mi mente una y otra vez. Intentar desvanecer su confesión en mi cabeza es una tarea casi imposible, “Dane, tú eres el amor de mi vida, pero el amor no siempre es suficiente” fue lo que me dijo mientras que bailábamos en su boda con él. “Si me amas, ¿Por qué me engañaste con él? ¿Por qué te casaste?” Pregunte de inmediato y sus dedos acariciaron mi rostro como lo hicieron tantas veces. El recuerdo de su sonrisa me invade una vez más e intento no caer en esa trampa mortal “Porque él me puede dar la vida que yo se que me merezco y tu no” confeso y sus palabras fueron ese puñal que pueden acabar con la vida de alguien, pero en este caso, acabo con el amor que yo aun guardaba por ella. Dicen que la vida se encarga de poner a cada quien en su lugar, también existe la creencia en la religión budista y en el hinduismo que toda acción tiene una fuerza dinámica que se expresa e influye en las sucesivas existencias de un individuo, esa creencia de resume en la palabra “karma”, y si, quizás debería dejar que el karma actúe o que la vida le de su lección, pero por primera vez en mi vida, no quiero sentarme a esperar que las cosas sucedan, quiero por una vez por todas provocarlas ¿y que mejor oportunidad que la que me ofrece Keira? El dolor de cabeza es infernal, las ganas de quedarme metido en esta cama y no hacer absolutamente nada aun mayores, pero tengo una reunión con ella y como este trato ya se convirtió en algo que los dos queremos, tomo fuerzas, me levanto de la cama y voy directamente al baño para darme una ducha y alistarme para ir a verla. […] Los hoteles Artemis se distinguen por su elegancia, por ser exclusivos y hacer que sus huéspedes se sientan únicos e importantes, caminar por sus pasillos es todo un deleite ya que cada detalle esta sumamente cuidado y para un arquitecto no hay algo que sea tan hermoso como esto. Frente a mi esta nuevamente la puerta doble de madera color caoba oscuro y los recuerdos de anoche en este mismo lugar me hacen sonreír «dijiste que sería solo una noche» me reclamo a mi mismo, pero claro, en mi acuerdo con mi padre y con ella no estaba contemplada la idea de que yo también quisiera vengarme de alguien. Respiro profundo, llevo mi puño hacia la puerta y golpeo dos veces para dejarle saber que ya estoy aquí, miro el reloj y como siempre puntual, 9:58am —¡ya voy! — escucho que dice del otro lado y su voz dulce, pero llena de seguridad sigue pareciéndome muy difícil de ignorar. En cuestión de pocos minutos, la puerta se abre y allí esta ella con un mono color beige con corte asimétrico a la altura de su cintura que deja ver su piel levemente bronceada y con una parte superior que resalta sus atributos perfectamente proporcionados gracias al escote que tiene —Hola— digo después aclarar un poco mi garganta y sus ojos azules se clavan en mi observándome detenidamente de pies a cabeza y no se porque lo hace, «¿acaso estaré mal vestido?» me pregunto, pero mis pensamientos se desvanecen cuando ella abre un poco más la puerta —Hola, pero pasa, no te quedes ahí parado— me pide y rápidamente entro a la suite. —Gracias— respondo y observo a mi alrededor. La suite fluye a la perfección con el resto del hotel, su decoración hace que te trasportes a un concepto moderno, pero sumamente elegante y lleno de buen gusto, sus muebles son sofisticados, pero sin perder la comodidad que deben tener y los enormes cristales que conforman la pared frontal de la suite, deja ver a Madrid en todo su esplendor —todos los hoteles de la cadena de tu familia son increíbles— comento y volteo a mirarla. —Que un arquitecto como tu lo diga es un cumplido que me llena de orgullo— responde y sonríe. —Ame trabajar en el diseño del hotel de Barcelona, realmente tienen en cuenta cada detalle— explico. —Artemis Hotels & Resorts, no es una cadena de hoteles convencional, ya lo sabes— dice y aquí esta la gerente global hablando y no Keira Olavarria. —Y eso es lo que los posiciona entre el resto, pero dime una cosa, ¿tu vives aquí? —  me atrevo a preguntar al darme cuenta de la cantidad de cosa suyas que hay aquí. Ella me mira un poco avergonzada, pero luego sonríe de manera fingida —digamos que hace dos meses que no puedo pisar mi pent-house— confiesa y la miro como intentando comprender que ocurre. —¿Esta en refacción? — cuestiono y niega. —Ojalá fuera eso, creo que es mi corazón el que esta en refacción— comenta y hace una leve pausa —la verdad es que me mude de casa de mi padre a un pent-house después de que Mauricio y yo nos comprometiéramos, y es que supuestamente viviríamos allí, pero después de lo que ocurrió no pude regresar, todo me recordaba a él y sus falsas palabras. Después me fui a casa de mis padres, pasé los primeros cuatro meses allí, pero la verdad es que les preocupaba mucho verme triste o enfadada, mi hermana tampoco me ayudaba mucho a que las cosas fueran fáciles, entonces decidí venirme aquí un tiempo, creí que seria una semana, pero la semana ya se convirtió en dos meses— confiesa. —Bueno, al menos no tienes que pagar la estadía— bromeo y reímos juntos. —Eso es lo bueno— responde y me mira un poco más seria —entonces, ¿sigues queriendo vengarte de ella? — pregunta dando un cambio radical a nuestra conversación y asiento. —Por supuesto, es que anoche no pude decirte bien lo que me dijo mientras que bailábamos— comento. —¿Qué fue lo que dijo? — cuestiona y se va acercando a una mesa donde esta todo el desayuno servido —ven, me cuentas mientras desayunamos— propone y voy hacia allí para sentarme del lado opuesto de la mesa quedando frente a frente con esa mirada color mar. Siguiendo su accionar, me sirvo café y voy eligiendo lo que quiero desayunar entre la variedad de cosas que han traído y se que ella esta esperando a que hable —me confeso que era el amor de su vida, pero que el amor no siempre era suficiente— explico y ella me mira sorprendida. —¿De verdad te dijo esto? — indaga. —Yo tampoco podía creerlo— admito y la verdad es que cuanto más lo digo, más rabia me da. —Eso quiere decir que realmente esta con él por interés…— murmura y por alguna razón que desconozco, una media y sensual sonrisa se dibuja en su rostro. —¿En que piensas? — pregunto y si bien no la conozco muy bien aún, se que algo pasa por esa cabeza. Ella me mira fijamente y juega con su labio inferior de una manera que en otras circunstancias de mi vida me volvería completamente loco viniendo de una mujer como ella —en que esto será mas sencillo de lo que creíamos— explica finalmente y como ya se está haciendo costumbre, tiene toda mi atención. —Te escucho— digo en un intento porque diga de una vez que es lo que esta pasando por su cabeza. Ella bebe un sorbo de su café sin dejar de mirarme a los ojos y cuando finalmente deja la taza sobre la mesa, sonríe una vez más —si ella aun sigue enamorada de ti, solo es cuestión de que enloquezca de celos y Mauricio se de cuenta de como son las cosas— explica. —Eso suena bien, pero ¿Cómo lo haremos? — indago. Keira me mira de una manera tal y como si estuviera analizándome y después de unos minutos, se levanta de su silla, busca su Tablet y regresa a sentarse —lo primero que haremos, será un cambio de vestuario que te haga ver como un hombre sumamente elegante, pero moderno y sexy— comienza a decir. —¿Crees que me visto mal? — pregunto un tanto preocupado y ríe. —Para nada, te queda muy bien esa ropa— dice refiriéndose a mi jean y camisa color gris la cual llevo remangada —pero para que ella se vuelva loca, tenemos que hacer que te mire y quiera comerte a besos— explica y ahora soy yo quien sonríe. —Va— —Después, tenemos que propiciar encuentros donde por supuesto estemos tu y yo juntos y viéndonos como la pareja más feliz del mundo— comenta y sigue escribiendo en su Tablet —créeme que te tratare como el hombre más increíble del mundo— dice sonriente. —Y yo como la mujer más hermosa, inteligente y sexy de todas— acoto. —Debemos tener un plan extra por si acaso— dice de manera misteriosa. —¿De que hablas? — pregunto con muchas dudas. —Si es necesario le haremos pensar que vivimos juntos o que estamos comprometidos, quizás ambas— explica como si nada y no puedo más que mirarla sorprendido. —¿Hablar enserio? — pregunto y al verla me doy cuenta de que sus palabras no son un juego. «¿No se nos estará saliendo de control las cosas?» me pregunto un tanto preocupado, pero supongo que tenemos que jugarnos el todo por el todo si lo que queremos conseguir es que ellos se divorcien, ¿no? —Muy enserio, no quiero que todo esto dure mucho tiempo, cuando más intensa parezca nuestra relación, más celosa estará ella y mucho peor estará él— indica. —Eso si…— murmuro y realmente nunca en mi vida imagine que me prestaría para algo como esto, pero es demasiada la rabia que me consume por dentro como para ser capaz de pensar lógicamente y mucho menos para distinguir lo que esta bien de lo que está mal. —Entonces, para que todo esto salga bien, tenemos que tener reglas muy claras— dice y mueve un poco las cosas de la mesa hacia un lado para después poner la Tablet en el centro —te presento nuestras reglas, es un contrato sencillo solo para que todo esto salga bien, léelo con calma mientras que yo hago una llamada importante y si tienes alguna pregunta, con mucho gusto la responderé— me dice y tan solo la miro con todas estas dudas que una vez se apoderan de mí. —¿Tú crees que sea necesario todo este formalismo? — indago y ella sin dudar asiente. —Ya te lo dije antes, con reglas claras nadie saldrá mal de esta situación, además, anoche hubo demasiada improvisación y si no nos ponemos de acuerdo, todo esto será un desastre— me recuerda y se levanta de su silla. —De acuerdo, lo leere, pero si no estoy de acuerdo con alguno de sus puntos no lo firmare— advierto y al voltear a verla, sus andares se convierten en un parque de diversiones para mis ojos «¡no la mires!» me reclamo y de inmediato vuelvo mi mirada a la Tablet. —Si no estas de acuerdo con algo lo corregimos y ya, ahora de verdad necesito hacer esta llamada— me explica y de inmediato abre la puerta a la que supongo que es la habitación y entra dejándome solo aquí con esta sensación de que estoy por cometer la locura más grande de todas, firmar un contrato para engañas a nuestras exparejas y que así se divorcien «¿ridículo?» puede ser, pero no es justo que siempre los loosers como yo tal y como me ha hecho ver Keira que parecía ante mis intentos fallidos por recuperar a Salma, siempre salgamos perdiendo en este tipo de situaciones.
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