Voy con el doctor Franklin a su consulta, en donde revisa mi muñeca y me dice. -¿No me gusta señorita, dígame exactamente que paso? -Bueno yo estaba subiendo la escalinata del palacio para festejar mi cumpleaños, cuando sentí que torcían y jalaban mi mano, luego sentí como caía hacia atrás, gracias a Dios Vito me detuvo o me habría golpeado la espalda, la cadera y la cabeza, pero vi que mi muñeca estaba lastimada y como había muchos invitados no podía dejar todo tirado, así que soporte el dolor, pero hoy amaneció hinchado, así que Alexander me trajo a verlo. -Bueno pues viéndola, como te dije no me gusta, parece estar muy lastimada, te enviare a radiología. - dijo el Doctor Franklin, llamando a una enfermera y tuteándome por primera vez, como haría un médico de cabecera.