CAPÍTULO 1
— ¿Famosa? — pregunté totalmente alterada y sorprendida, yo era alguien invisible, de verdad, no podía ser famosa.
— ¡Sí! lo que significa firma de libros, conferencias, reuniones, viajes, ruedas de prensa, entrevistas — Cada vez mi editor hablaba más emocionado haciendo aspavientos con las manos — qué tal que te llame una productora de que quieren que tu libro llegue a las pantallas grandes y la conviertan en película o serie. ¡ESO ES GRANDE!
Abrí mi boca aún más, ya estaba contagiándome de su emoción, lo miré con los ojos muy brillosos casi que se me salían las lágrimas de felicidad.
Esto era grande, jamás pensé que escribir una novela y por juego enviarlo a una editorial para ver qué pasaba si la leían, llegaría a ser lo que es hoy.
El nuevo Best Seller de la Editorial Mundo. No sé ni cómo pudo ser esto posible, la novela no tiene un final feliz. Es un final abierto porque la verdadera historia en la que me basé para escribir el libro solo termina con ambos personajes con diferentes caminos y ya. No hay nada más.
Siempre quise escribir un libro, me gradué como profesional en traducción francés - inglés - español, aunque sólo me he desempeñado en inglés - español. Mi país natal es España.
Nací en la ciudad de Valencia y viví ahí hasta antes de trasladarme a este nuevo país, Inglaterra, en donde he estado viviendo los últimos 5 años de mi vida. Acá estudié mi carrera y apenas llevaba un año de graduada.
Me gradué a los 23 años, justo un mes antes de cumplir los 24 años, conseguí trabajo en una pequeña editorial donde fui traductora de pequeños libros para aprender español y también de algunos artículos de revista. Nada interesante, pero lo bueno era que el trabajo no era tedioso y, así me quedaba tiempo para dedicarle a mi primer proyecto.
Mi novela.
Mi novela era mi secreto más preciado, nadie sabía de ella, ni siquiera mi roomie quien nunca se dio cuenta de nada y eso que ella muchas veces utilizaba mi laptop sin mi permiso, podía incluso ver mis fotos en ropa escasa que a veces yo misma me hacía solo por diversión.
Por lo que la forma más sencilla de esconder una novela sin que ella sospechara nada, era guardar mi manuscrito en el lugar donde ella jamás de los jamases iba a buscar.
La carpeta de programación de la laptop.
Esa carpeta en la que había millones de informaciones acerca del uso del pc o de los programas, estaba 100% segura de que nunca nadie había abierto jamás esas carpetas en su computador.
¿Por qué una persona normal como mi roomie que solo buscaba chismes, buscaría ahí? No había forma, ella nunca la encontró. También está el hecho de que ella no sabía qué buscaba, pero ella abría todo.
Por lo cual también tuve que recurrir a otra técnica de camuflaje, las primeras 10 páginas del documento de Word era una investigación acerca del funcionamiento correcto de la traducción en las canciones y las películas, investigación que, para muchos era importante saber sobre la investigación, como a mí por ejemplo, pero para mí roomie era 0 importante.
¿Cómo no iba a ser importante saber porque las películas en España se llamaban diferente que en América?
Aprendí eso cuando un día con mi anterior roomie, quien era de argentina, habíamos querido ver "Tú a Londres y yo a California" al principio ella no supo de qué película le hablaba, se la describí y su respuesta había sido: Conozco una que es casi idéntica pero se llama juego de gemelas, se me había hecho muy curioso y había buscado la película, nos cagamos de la risa viendo que era la misma película. Y de ahí en adelante comencé a llamar a las películas con los nombres que les asignaban en Latinoamérica,
1, porque quería conocer varios países de América.
2, sinceramente se escuchaban mejor en latino que en castellano, digo, las traducciones eran mucho mejores.
Y yo, una amante de la buena traducción y profesional en ello, me quedaba con América por lo bien que lo había hecho; volviendo al tema principal, al parecer a mi actual roomie no le interesaba el hecho de saber sobre esa investigación y era mucho mejor para mí ya que nunca abrió el documento y por ende no leyó las cursilerías que yo escribía.
— ¿Nath, aún estás conmigo? — preguntó mi editor, un chico homosexual y tan pero tan buena persona, si no supiera que es gay ya me le habría declarado hace bastante tiempo.
De hecho, los primeros días en los que llegue a trabajar en la editorial, él había flechado mi corazón de inmediato y es que no era ni un poco afeminado ¿cómo iba yo a suponer que él era gay si no me lo decía?
Él, Dylan, era un hombre demasiado atractivo, a sus 32 años, de cabello rubio, cuerpo fornido y muy bien trabajado, vestía siempre con pantalón apretado resaltando su gran trasero y debo admitir que un muy buen paquete también, las camisas manga larga que usaba todos los días se tensaban a cada movimiento y ufff... Que calor estaba haciendo por acá.
— Si jefe, dígame, le estoy escuchando — me acomodé mejor el escote de mi camisa aunque sabía que poco le iba a importar a Dylan mirarme.
— Quédate conmigo por favor, te estoy dando una noticia muy grande, este mes tu libro fue el más vendido de nuestra editorial y subimos en ventas a nuestras competencias, estamos posicionados como la editorial número 1 en este momento y eso es gracias a ti — se acercó a mí y juro que pensé que me iba a besar, cerré mis ojos esperando algo que nunca llegó.
Abrí mis ojos y lo vi tomando un ejemplar de mi libro, mis esperanzas se desinflaron como un globito, él golpeó el libro fuerte contra la mesa, abrí mis ojos asustada.
— Es fino Nath, no es ninguna basura, vale lo que vale, el trabajo se ve, es grandioso y estas en la cima gracias a esa cabecita que tienes y el poder de imaginar este libro.
Asentí con mi cabeza lentamente, claro, él no sabía que yo no me había imaginado ese libro, él no sabía que cada una de esas páginas yo las había vivido en carne propia, nunca le conté a mi editor que es era una historia real, que Patricia, la protagonista de mi libro era yo, ni que Julio, era el hombre que yo había amado, él único que de verdad había amado con todo mi ser.
Thomas, ese es su nombre, hace cinco años y un poco más, dejamos de tener comunicación, yo hui de mi país por los problemas de mis padres, tuve que renunciar a el amor más puro y leal que había tenido en la vida para poder vivir.
Si, vivir.
Unos hombres a los que mi padre les debía dinero por estar en las carreras ilegales lo tenían amenazado y de paso a nosotras también, a mamá y a mí, yo hui en el primer ferrocarril que había salido de Valencia y llegado a la primera ciudad de parada y de allí, tomando un vuelo hasta Inglaterra y acá estoy.
Poco he sabido de mi madre y de mi padre no he sabido nada, mi madre se mantiene oculta, tan oculta que ni siquiera su propia hija sabe de su paradero, mi padre quizás esté muerto y, si ese es el caso, no lo lamentaría.
Él es el único culpable de alejarme de mis seres queridos, las únicas personas que he querido, mi madre y Thomas, tuve que huir de ellos, ni siquiera le pude explicar a Thomas que me iba y mucho menos enviarle luego una carta, era por el bienestar de su vida y por la mía.
Hace 1 año había visto en las noticias que uno de los mafiosos que buscaban a mi padre, había sido dado de baja en un enfrentamiento, una buena movida de la policía y habían logrado tirar al cabeza y a unos cuantos más. De resto no supe nada y tampoco quiero hacerlo.
Podía volver a España ahora que no corría ningún peligro aparentemente, ya era una mujer y no me parecía en nada a aquella chiquilla asustadiza que se escondía tras su madre, había madurado al tener que vivir sola y ahora tenía confianza en mí misma. Nadie me iba a tocar un pelo sin que yo le rompiera los huevos primero.
Tenía mis razones para volver a España como mi madre y no aquel chico de ojos azules y cabello n***o, no, yo ya lo había superado y ahora mi única motivación era encontrar a mi madre pero con todo esto del lanzamiento de la novela y que se volviera en la mejor vendida del país no podía abandonarla, como había dicho mi editor al principio.
Ahora se venían cosas grandes como la traducción de mi novela, que yo misma la haría, así que sí, yo escribí la novela en inglés y también lo haría en español para que posibles editoriales de América que teníamos como contactos la ofrecieran en diferentes países.
Como había dicho mi editor, se venía algo muy pero muy grande para mi carrera como escritora empírica y también como traductora, ya empecé a subir y definitivamente no iba a bajar.