Los días transcurrían y Nathalya no podía continuar en aislamiento, sabía que debía salir y enfrentarse al mundo, además, no podía permitirse que ese mal hombre siguiera truncando su vida y su felicidad, él no merecía siquiera, un pensamiento por parte de Nathalya. Alex seguía esperando por ella y ella, de verdad quería intentarlo, después de todo lo seguía amando con todas sus fuerzas. Pensaba también en el bienestar de su hijo, él ya quería a Alex como se quiere a un padre y necesitaba que su hijo tuviera una buena imagen paterna, el amor de un abuelo, por más grande que este sea, no llena el vacío de no tener un padre.
Alex debía seguir trabajando en el negocio familiar y en la música que tanto amaba, pero viajaba cada fin de semana para quedarse con Nathalya. En Loma Dorada se quedaba en casa de su padre para no incomodar a Natasha, ella con el pequeño Alex y con Max, empezaban a ser una familia, el pequeño no entendía muy bien la situación, extrañaba a su papá Alex y Alex no encontraba la manera de superar el dolor de que el niño al que vio crecer y a quien le había brindado tanto amor, no fuera su hijo. Su padre comprendía el mal momento por el que estaba pasando y no quería verlo tan triste, por lo que le pidió que no se preocupara por el negocio y se dedicara sólo a la música los fines de semana, para que así pudiera estar más tiempo en la capital, con Nathalya.
Ahora Alex podía acompañar a Nathalya a donde quisiera, ella aún salía con miedo, por lo que, tener un acompañante de cabecera le haría sentirse más segura, además, esa era una gran oportunidad de volver a conocerse y enamorarse, lo cual iba sucediendo sin precedentes.
El pequeño Emmanuel presionaba a la pareja cada vez que podía, él anhelaba formar una familia y que Alex fuera su papá.
— Mamá, ¿porque tú y Alex no se casan como en las películas? Así él sería mi papá — sugirió el infante
— Bueno, mi amor, una boda es más complicada de lo que parece y Alex y yo no hemos hablado de ello, es muy pronto — respondió Nathalya
— Alex, ¿tú amas a mi mamá? — prosiguió el pequeño
— ¡Por supuesto! — respondió Alex sin dudarlo
— ¿Y te gustaría casarte con ella?
— Me encantaría, yo sería el hombre más feliz del mundo
— Mamá, ¿tú amas a Alex?
— Sí, hijo, pero ya te expliqué que... — Nathalya intentaba zafarse de las ocurrencias de su hijo, pero él no se lo permitió y la interrumpió antes de que terminara de explicarse
— Entonces, no se diga más, tenemos que organizar una boda pronto, como para mañana. Le diré a mi abuelo que me ayude — después de decir estas palabras, el infante se fue corriendo a buscar a su abuelo dejando a Alex y a Nathalya a solas
— Entonces, compraré el anillo — comentó Alex
— No seas tonto, son sólo fantasías de Emmanuel
— Pero concuerdo con él en todo
— No creo que debamos, tú estás en proceso de divorcio todavía
— Estoy seguro que a Natasha le encantará la noticia y de inmediato se ofrecerá a organizar una gran boda
— Yo creo que deberíamos esperar a que se arregle tu situación
— Tienes razón, pero en cuanto lleguen los papeles del divorcio, señorita, usted y yo comenzaremos a planear nuestra boda.
Fue un momento romántico en el que Nathalya pudo olvidarse de todo lo malo que había vivido y recordar lo que se sentía amar y ser amada, culminando en un gran beso de amor.
A Alex le preocupaba que Nathalya todavía no le confesara la verdad que tanto esperaba, que él era el padre de Emmanuel, pero creía que ella estaba esperando a que su divorcio fuera un hecho y decidió no cuestionarla al respecto.
Varios días pasaron y todo estaba bien, en el ambiente se respiraba amor y el sentimiento de haber encontrado la felicidad, al fin, se intensificaba cada día más.
Natasha, Max y el pequeño Alex habían llegado de visita, llevaban consigo un regalo muy especial destinado a Alex, los papeles de divorcio, ya era un hecho la separación de Natasha y él, ahora ellos podían vivir con sus nuevas parejas libremente. Natasha había comenzado el trámite para que Max reconociera a su hijo legalmente y evitar posteriores cargos legales para Alex y también, se lo hizo saber, eso le dolió, pero sabía que era lo correcto.
Justo como lo había mencionado y aprovechando la presencia de Natasha, Alex le entregó el anillo de compromiso a Nathalya, quien no podía dejar de sonreír por tanta emoción.
La felicidad de Alex se complementó cuando el pequeño Alex se acercó a él y le dijo que él siempre lo vería como a un papá.
— Para mí, tú siempre serás mi papá Alex — comenzó el pequeño
— Y para mí tú siempre serás mi hijo — se le llenaron los ojos de lágrimas y lo abrazó intensamente
— Es bonito tener dos papás y cuando te cases con Nathalya, ¿Emmanuel será mi hermano?
— Así es, ¿te gusta la idea?
— Sí, él y yo somos muy buenos amigos y nos queremos mucho, papá.
— Me alegra mucho saber eso, hijo, me preocupaba que no aceptaras mi nuevo matrimonio
— Nathalya será mi madrina, ¿entonces tú serás mi papá y mi padrino al mismo tiempo?
— Qué cosas dices, chaparrito — lo dijo en tono de burla
— No es mala idea — interrumpió Natasha — después de todo, tú siempre has estado allí para él y sé que seguirás estando, considero que es lo menos que te mereces
— Yo...
— Por favor, papá Alex, sé mi padrino
— ¡Por mi encantado!
— Te amo, papá
— Yo te amo más, hijo.
Ahora, sólo quedaba esperar al día de la boda. Los preparativos iban viento en popa, Natasha estaba ayudando a organizar la mejor boda en tan solos tres meses, pues, no querían esperar más tiempo.
Don Emmanuel ahora estaba más tranquilo, la felicidad de su hija y su nieto era también la propia, pero una persona en particular le estaba llenando el corazón, se sentía como un adolescente enamorado y solamente esperaría al día de la boda para revelar su situación sentimental.
El gran día estaba cerca, dos semanas solamente y serían marido y mujer, pero Nathalya empezaba a sentirse muy nerviosa, como si alguien a lo lejos la acechara, culpaba a la emoción del momento, pero algo en su interior no la dejaba estar en paz y pensamientos desastrosos donde peligraba la vida de su hijo, llegaban a su mente con más frecuencia. De nuevo regresaron las noches donde se despertaba gritando de miedo, recordando la tormentosa noche en que Ángel le había hecho daño. Pero eso no impediría que se llevara a cabo su tan esperada boda con el amor de su vida.
¿Crees que se llevará a cabo la boda?