Zayne y Anna estaban sorprendidos. Sin embargo, Zayne de repente mostró una sonrisa profunda, cogió el vino tinto que tenía al lado y lo vertió en la copa de Ivy.
—Señorita Ivy, dado que es una conversación, también he venido con sinceridad. Solo tienes que firmar este documento y no te trataré mal —dijo.
Zayne Dy sacó un documento de su bolso, que era casi igual al contenido que Ivy tenía en sus manos, pero el número era diez puntos más bajo que el de Anna.
Anna Gómez rodó los ojos y le aconsejó rápidamente:
—Ivy, ¿de qué te sirve depender de Cooper? Deberías buscar a algunos patrocinadores más; Cooper claramente quería perjudicarte antes de ponerte en esta posición, sin importar si lo pediste. ¿Y qué te beneficiaría seguirlo? Y ten en cuenta que no puede casarse contigo.
Ivy no ten
