Calisto se acercó a un enorme rosal que se hallaba apostado en la parte lateral izquierda de la abadía, se dispuso a oler las rosas ya que el perfume ahora le resultaba penetrante, intenso y muy llamativo. Fue entonces que detectó cómo el ambiente se impregnaba de un aroma a sangre que se mezclaba con el perfume de rosas, entonces se giró y vió que se trataba de Luzbel. Era verdad lo que había dicho Ariel cuando llegaron, Luzbel olía exageradamente a rosas y sangre. En otras circunstancias tal aroma le habría dado náuseas por el hierro, sin embargo en Luzbel le resultaba exageradamente llamativo. Pero detectó otro aroma en el, y era que Luzbel olía también a sándalo. Cuando ambos estuvieron lo suficientemente cerca uno del otro, se quedaron viendo fijamente durante unos segundos; Luzb