Tanto Calisto como Luzbel se habían mantenido largo rato en total silencio contemplando el atardecer desde las escaleras del castillo abandonado. Luzbel sujetaba su mano derecha sobre el regazo y le acariciaba la palma con los dedos. Al cabo de un rato Luzbel se giró para observar al joven quien parecía perdido en sus pensamientos totalmente absorto de lo que sucedía a su alrededor. - ¿Como fue?. Le preguntó Luzbel de repente. Cal inmediatamente supo a que se refería. - Rapido. Te rompiste el cuello en cuanto nos estrellamos contra el muro de contención. Yo me fracturé la rodilla derecha, la pelvis y la clavícula derecha. También me corté el rostro con los vidrios, y duré mucho tiempo en el hospital. Aún así convencí a los médicos que me llevaran a ver tu cuerpo, bueno… a Clint. Esa