Calisto descendió por el escarpado sendero hasta donde se hallaba Luzbel. Le vió conversando con Miguel, quien lucía extremadamente preocupado. Al ver al joven ambos cambiaron el semblante y se mostraron más relajados. Pero Calisto intuyó que algo malo sucedía, así que aceleró el paso. Una vez frente aquellos dos, les dedicó una sonrisa radiante y luego le dió un fuerte abrazo al arcángel. Miguel le devolvió el gesto y luego de unos segundos ambos se separaron. - Ocasionas muchos disturbios Helihanis… hiciste que Luzbel rompiera el trato. Le dijo con voz grave. Cal se encogió de hombros y luego ladeó la cabeza a la derecha, haciendo que los largos mechones de cabello cayeran sobre su rostro. - A lo hecho pecho. ¿Cómo estás?. Le preguntó Calisto. - Pues… he estado mejor. He venid