Calisto pegó un salto desde lo alto de las escaleras, provocando que Anelle corriera a su lado. Anelle era Lucifer, quién ahora lucía cómo una mujer mayor y muy bajita. - Calisto niño… ¿Cuantas veces te tiene que decir uno que no saltes de todos lados? Te vas a partir la cabeza un día de estos. Príncipe insensato. Le dijo la mujer. Calisto alzó su pequeño mentón con altanería. - ¡Tú no puedes regañarme! Sólo el maestre o la septona… Le contestó cruzando los brazos sobre su pecho. - Anelle puede llamarte la atención cuando sea necesario Cal, para eso fue contratada. Le dijo Fenhir desde lo alto de las escaleras. El niño miró a su hermano y luego corrió hacia él con las manitas extendidas. - ¡Mañana cumplo siete Fen!. Chilló emocionado. Fenhir sonrió de oreja a oreja. - Y si qui