Al llegar a Maibas (Anteriormente llamada Estes), Calisto se mostró igual de sorprendido que cuando vió Nuevo Fallhan. Inmediatamente se sintió abrumado al ver la impresionante belleza y arquitectura futurista de la ciudad cosmopolita. Estaba anonadado y sorprendido ante aquel impresionante panorama. Tomaron el tren en la estación Mint hasta Cienel Park, luego caminaron durante un rato por unas apretujadas callejuelas que tenían largas escaleras que subían y subían. Llegaron a la antigua Abadía considerada una reliquia arquitectónica y se veía que le estaban dando mantenimiento puesto que se hallaba apuntalada en muchas partes y totalmente repleta de andamios por todos lados. Una vez en el interior se acercó a ellos un hombre de aproximadamente cuarenta años, quien comenzó a echarlos