Cal estaba en medio de una gran estancia que pertenecía al monasterio, en ella había hermosos cuadros de bellos paisajes, el salón era basto en decoración. En el había bellos jarrones con discretos detalles en oro. Había sobre repisas pequeños huevos de diferentes colores bastante peculiares e incrustaciones de preciosas piedras. .- ¿Le gustan?. Le preguntó un monje. .- Bastante. Son hermosos. Respondió Cal mientras observaba un huevo de cerca. .- Le obsequio uno su alteza... .- No hará falta, a dónde voy probablemente le extravíe o le rompa. .- Cuando regrese de su empresa puede llevarse uno, el que usted guste. .- De acuerdo. Hermano Simón... ¿puedo hacerle unas preguntas?. .- Por supuesto majestad. .- ¿Que piensa y que sabe usted de Lucifer?. El monje palideció. .- Que... ¿