Cal había quedado petrificado. Al fondo de la caverna había una pequeña silueta. De repente sintió como si agua helada le fuese derramada lentamente a cuenta gotas. Hacía tanto frío a fuera mientras que allá adentro comenzaba a sentirse calor. Aquella silueta iba encapuchada y le daba la espalda por lo tanto no podía verle el rostro. La silueta comenzó a caminar hacia más a dentro del lugar. Sin saber por qué motivo, Cal le siguió. Y así anduvo por varios minutos caminando caverna adentro en total oscuridad, no sabía si tenía los ojos abiertos o cerrados debido a la negrura de la caverna que al parecer está no tenía fin. Fue entonces que llegó a una especie de cámara subterránea que parecía estar iluminada por una pequeña fogata, el humo salía por un estrecho túnel cuesta arriba y de a