Cal se despertó al medio día. En esta ocasión el sol se alzaba imponente sobre de ellos. El frío había desaparecido y los pájaros trinaban por doquier. Todos estaban ocupados. Ferenc estaba preparando la carne, Mitten cortando hierbas y poniendolas en recipientes y botellas diminutas, Stavros afilaba las espadas y Juno llenaba botas de vino directamente del barril y las pieles con agua para el camino, mientras les ponía sus corchos y las acomodaba en modo ordenado. Cal busco con la vista a Darío, sin embargo no le hayó. .- ¡Majestad! ¿Cómo se encuentra usted el día de hoy?. Exclamó con jubilo Juno y sonriéndole de oreja a oreja. .- Mucho mejor, aunque aún estoy cansado. ¿En dónde se encuentra Darío?. .- Dijo que iría a comprar especias, pan y frutas para el camino en un pequeño pueb