Era difícil y le estaba costado trabajo, pero tenía que ser paciente con Alice, aunque se muriera de las ganas por tocarla y besarla tenía que ir lento si quería ganarse su confianza y más adelante su amor, porque de algo estaba seguro y era de que no descansaría hasta que su ahora esposa, lo amara como él lo hacía con ella. Era absurdo decir que la amaba a pensar de que no se conocían, solo le había bastado verla una vez, fue amor a primera vista, Alice era una belleza, su rostro y cuerpo eran un sueño hecho realidad, sin mencionar que el solo hecho de haber aceptado este trato para ayudar a su padre hablaba del noble corazón que poseía.
Las cosas estaban yendo lentas, aceptó todas y cada una de sus condiciones, el dormir en cuartos separado, en no tratar de tocarla o incluso besarla, podía intuir como se volvería loco al tenerla cerca y no poder hacer nada, sin embargo, cedió a todo para su comodidad.
Ese día irían a Riverside, había insistido de todas las formas posibles para llevarla de luna de miel, jurando que no la tocaría, pero fue un "No tengo ganas" lo que recibió como respuesta, ahora tenía que ocuparse de algunos asuntos en la ciudad y mientras él trabajaba, Alice se quedaría en la residencia que tenía allí. Creía que si estaban tiempo a solas podía conocerse mejor y con suerte avanzar un poco en su relación.
Por otro lado, Alice trató de mantener la calma y aparentar que todo estaba bien cuando en realidad la tristeza la consumía por dentro y más cuando se enteró a donde viajarían, ella debió de ir a Riverside, pero no casada con alguien más, sino a lado de Chris, no sabía nada de él después de no haberse presentado en la estación de tren, no sabía si se había ido o si incluso la odiaba por haber roto su promesa, deseaba tanto volver a verlo, pedirle perdón y besarlo. Lo único que quería era estar junto al hombre que amaba, pero sabía que pedía demasiado para su cruda realidad.
A pesar de que Demian se estaba comportando como un caballero tarde o temprano iba a querer consumar su matrimonio, esa idea la ponía muy nerviosa, ya que no imaginaba a otro hombre que no fuera Chris tocando su cuerpo, suspiró ante su inevitable futuro y salió de su habitación.
Necesitaba distraerse, respirar aire fresco, el lugar donde estaba era asfixiante, no hacía nada que solo estar encerrada esperando hasta que Demian regresara, era tan desgastante mantenerse así todo el tiempo, no tenía a nadie conocido, solo estaba la empleada, su nombre era Yuri, la cual se encargaba de cocinar y limpiar, siempre estaba demasiado ocupada para platicar con ella. Agradeció cuando Demian le sugirió que fuera de compras al centro comercial, no era la clase de chica que le gustara ir de tienda en tienda todos los días, despilfarrando el dinero, lo sentía innecesario, pero no veía otra opción ante su aburrimiento. Antes de casarse trabajaba en la empresa de su papá, ahora, incluso eso no lo podía hacer. Resopló cansina. Si estuviera en Los ángeles al menos iría a ver a Jessy, su amiga, para pasar el rato, pero no, parecía una presa, porque incluso si le había permitido salir siempre sería acompañada... Demian le asignó un guardaespaldas quien la seguía como perro sabueso a todos lados, alegando que no le gustaba que estuviera sola.
Caminó por el centro comercial, al menos se distraería viendo las tiendas, aunque la verdad no le apetecía comprar nada, estuvo a punto de entrar a una tienda cuando su celular empezó a sonar, un número desconocido se veía en la pantalla, aun así contestó, podía ser algo importante.
—¿Alice? —La voz profunda de Chris sonó del otro lado del parlante provocando que detuviera sus pies al igual que su corazón, por la sorpresa, una enorme sonrisa apareció en su rostro y su corazón comenzó a latir de manera mas acelerada.
—Chris, mi amor —susurró y escuchó un suspiró al otro lado de la línea.
—Pensé que cambiarías tu número de celular.
—Chris... —Quería decirle tantas cosas.
—Te ves hermosa como siempre, pequeña. —Alice frunció el ceño y volteó para todas partes para saber desde donde la estaba observado—. No voltees, el hombre a tu lado te ve raro... —La rubia paró acción y miró de soslayo a Kang—. Él es...
—Es mi guardaespaldas —respondió enseguida, pensado en que tal vez Chris preguntaba si Kang era el hombre con quien se había casado—. Necesitó verte. —Se alejó un poco más para que no pudiera escucharla.
—Yo igual, nena... tengo muchas ganas de besarte y abrazarte, pero con tu guardaespaldas no creo que eso sea posible. —Alice se mordió el labio, mantenía distancia prudente para que Kang no pudiera escuchar nada, lo pensó por unos minutos y asintió con un semblante expectante, se le había ocurrido un plan.
—Esperame en los sanitarios, te veo en 10 minutos. —Colgó.
Caminó con prisa hacia la tienda de ropa más cercana y tomó varias prendas dirigiéndose hasta los vestidores. Kang iba detrás de ella como mosca, antes de entrar en uno de los cubículos se giró y lo miró serio.
—¿Al menos puedo probarme la ropa sin que me vigiles? —dijo molesta. El hombre la miró con ojos cansados y asintió caminando hacia otra parte de la tienda.
Alice sonrió cuando su plan funcionó, ser bajita y menuda le ayudo a camuflarse por los estárteres y salir de la tienda sin ver vista e ir directo a donde Chris la esperaba, apenas se miraron se fundieron en un beso profundo, se habían extrañado mucho, necesitaban saber que estaban ahí, el uno para el otro.
—Necesito que tú sepas que... —Cerró sus labios con su dedo y asintió, él sabía todo, la razón de porque lo había dejado plantado en la estación de tren—. Mi mamá nos descubrió y me obligo a casarme antes. —Chris pegó su frente con la suya, cerró los ojos, al menos quería sentir ese efímero pero hermoso momento, suyo.
—Ahora le perteneces a él —sus palabras salieron dolidas. Le pesaba tanto no haber podido luchar por su amor, ahora nada le quedaba.
—No me ha tocado si a eso te refieres, a pesar de todo es un caballero —le explicó sincera.
—¿Ahora te gusta? —El castaño se alejó de ella mirándola receloso. No podía creer lo que le decía.
—Claro que no, yo solo te amo a ti ¿me crees? —Alice no quería que Chris creyera que le gustaba Demian, aunque él fuera decente y atractivo no lo amaba como lo amaba a él.
—Si es así, entonces escápate conmigo. —Colin la miró decidido.
No había nada que deseara más en la vida que estar con él, pero Alice comprendía que no era prudente y menos en la situación en la que se encontraba. En el primer momento, después de que huyera, Demian retiraría cualquier ayuda hacia su padre.
—No puedo, no ahora. Mi padre necesita la ayuda de Demian, yo... —le dijo suplicante—. ¿Puedes esperarme? —Esperaba que aceptará no lo quería perder.
Chris tomó a Alice por la cintura y junto sus cuerpos besándola de nuevo, no podía decirle que no, cuando su vida no era nada si no estaba junto a ella. Aceptó aún sabiendo que sus encuentros serían limitados y efímeros, solo con la ilusión de que algún día podrían estar juntos.
Los días fueron pasando mientras Alice se veía a escondidas con Chris cada vez que iba al centro comercial y se escapaba de Kang. Demian siempre llegaba con algún obsequio, como joyas o flores para ella después de un largo día de trabajo, era atento, amable y la trataba como reina, sin un atisbo de querer más que solo verla sonreír, no tenía queja alguna, incluso seguían durmiendo en habitaciones separadas hasta que Alice estuviera lista para dar el gran paso, ella lo sentía como una tortura lenta, algo que eventualmente pasaría y no sabía como le diría a Chris que se entregaría a otro hombre que no era él.
Demian empezó a percibir a Alice más decaída, tal vez la monotonía, el quedarse encerrada todo el día sin que nadie conocido la acompañará estaba formando aquella tristeza en sus ojos, de verdad quería pensar que era ese el motivo y no el hecho de estar casada con él. Jamás le pasó por la cabeza que su querida esposa estuviera viéndose a escondidas con otro hombre. Actuando de buena fe se le ocurrió una maravillosa idea y a así llamó a Edna, la enemiga más grande de Alice.
Ella miró a su madre cuando Demian le dio la noticia, no podía verla sin recordar lo que le había hecho, como le causó el dolor más grande en su vida, Edna le dedicó una sonrisa hipócrita, tenía que aparentar frente a su yerno. Estaba maravillada con la casa y pronto se instaló en una de las recámaras de huéspedes. La rubia mayor no reparaba en gastos comprando todo lo que le gustará en el centro comercial, no le costaba gastar siempre y cuando pagará con la tarjeta de crédito de Demian, así se pagaba así misma por ser niñera de su tonta hija, no se pudo negar aún que le fastidiara ver a Alice con su cara de, soy la más desdichada del mundo, pero algo curioso noto a su llegada, había estado actuando de manera extraña y su curiosidad floreció.
Comían un aperitivo dentro de una cafetería en el centro comercial cuando Alice se disculpó para ir al baño, Kang enseguida trató de acompañarla, pero alegó que no se iba a tardar, que no creía que tuviera problema con ello, Kang aceptó y se quedó acompañando a la señora Benet, lo que no sabía es que su madre estaba sospechando de ella, desde su llegada. Dejó que se fuera sin problemas, espero por unos minutos y después la siguió encontrando a su hija de nuevo con ese tipo bueno para nada. La sangre se le subió a la cabeza, furiosa, Alice no se daba cuenta de que si seguía con sus estúpidos encuentro arruinaría sus planes.
Si Demian se enteraba de su aventura no sabía que cosas sería capaz de hacer, pero no era difícil imaginar lo que un hombre herido haría, entonces una idea pasó por su mente malévola y sonrió.
Todo podría salir a su favor si lo planeaba muy bien, no enfrento a Alice ni a Chris en ese momento, simplemente regresó a su mesa como si nada hubiera pasado y esperó pacientemente a que su hija regresara.
La cena había pasado entre charlas banales, Demian era muy ocurrente, Alice lo observó por un momento pensado en que lo juzgó mal desde un principio, aceptando que cualquier mujer caería perdidamente enamorada de él con solo verlo, menos ella, claro estaba. Cuando llegó el momento de dormir se despidieron mientras Conor le daba un casto beso en la frente, su cuerpo se erizó, tal vez hacia un poco de frío.
Alice subió a su habitación donde se dio una ducha y se pusó ropa cómoda, en realidad hacía calor, era un verano calurosas, por lo que solo traía puesto unos shorts y una pequeña blusa de tirantes de una suave tela de seda, estaba a punto de irse a la cama cuando abrieron de manera estrepitosa la puerta de la habitación, Demian entró rápidamente mirándola furioso, Alice se sintió asustada y cohibida ante su mirada, estaba vestida de una forma nada apropiada, pero eso no le importó cuando Demian se acercó a ella y la tomó de las muñecas de manera brusca.
—¿Dime quien Jodidos es Chris Colin? —Alice abrió los ojos, petrificada—. ¡Contesta! —gritó exigiendo una respuesta.
—Yo...
—Sé perfectamente que este matrimonio es arreglado, pero no voy a permitir que me veas la cara de idiota y me engañes con otro hombre. —Jamás había visto a Demian tan furioso, con sus ojos inyectados de rabia, fue tanta la sorpresa que no supo qué decir.
—Demian yo te juro...
El azabache la soltó y giró sobre sus talones, de verdad quería calmar ese fuego interno que lo consumía por culpa de los celos, pero no pudo al imaginar que alguien pudiera gozar de lo que Alice le negaba.
—Por qué no te tranquilizas y hablamos con más calmados, por favor...
Conor hizo oídos sordos quitándose la camisa, la rubia se tensó sintiendo el miedo recorrer su cuerpo.
—¿Q-Que haces? —trató de preguntar, temerosa a su respuesta.
Demian la tomó con fuerza y la empujó a la cama sin delicadeza, sus ojos se llenaron de lágrimas tratando de huir, pero su esposo fue más veloz aprisionado su cuerpo contra el colchón. Alice sabía que iba a hacer y negó, suplicante.
—Espero que tu amante no te haya dejado cansada porque ahora tomaré lo que por derecho es mío...
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¡Ay! Esperemos que Demian no haga una tontería. Gracias a la lectoras que preguntan por las actualizaciones, en la tarde subiré otro ❤❤