POV Eros Me mira fijamente a los ojos, tomándose su tiempo para asimilar mi orden. Noto como sus pupilas se dilatan, como sus ojos dorados echan fuego, pero la muy condenada, aun así, se atreve a mostrarme una flamante sonrisa sin dejar de asesinarme con sus ojos, los cuales parecen en este momento dos dagas filosas. Quiere matarme, se le nota que desea mandarme al carajo en este instante, pero se controla. Es orgullosa, lo que la vuelve volátil también, porque cuando llegue el día en que no pueda controlar ese orgullo, estallará. Se da la vuelta para hacer lo que le he ordenado, y al hacerlo, su faldita del carajo se ondea debido al movimiento. Mierda, ¿acaso piensa venir todos los días con una de esas aquí? A mí me conviene que las traiga, sería más fácil para mí, pero la muy desgrac