—¿Crees que debería de usar el cabello así? —le pregunto, sosteniendo la mitad con mis dedos y ella maúlla más de dos veces—. Tienes razón, suelto, es mejor y no, Olivia, no intento impresionar a nadie. Ruedo mis ojos. Muevo la cabeza para que las ondas que me hice se suelten un poco más. Comienzo a ajustar mis tetas dentro de las copas del mismo vestido. Debido al escote en mi espalda, no puedo usar brasier, así que solo debo acomodar mis pequeños meloncitos dentro. No soy de pechos grandes, pero no me quejo. El tamaño de mis senos es lo justo para el tamaño de mi cuerpo, además, lo que me falta de aquí, lo compenso atrás. Continuo para terminarme de arreglar antes de que mi madre me toque la puerta. Eso es otra cosa que gracias a Eros y su mentira, tuve con qué lidiar desde el jueves.