Mark Wilson.
«En esta historia mando yo» digo mentalmente cuando la Doctora Sonrisa insinúa en voz alta que se merece algún reconocimiento de mi parte por la mejora de Lissy. Aunque aparentemente está hablando con mi madre, sé que su comentario va dirigido a mí y yo estoy muy lejos de aceptar que tiene la razón, por lo menos no frente a los demás.
«Si de algo estoy seguro, es que no tengo fuerzas para rendirme y mucho menos ante ella» me jacto en pensamientos. De todas formas, hacerle creer que voy a seguirle el juego, es mi juego, y sé muy bien cómo jugarlo.
Me quedo allí escuchando su conversación con mi madre como si fuesen las grandes amigas y lo más chistoso es que apenas han cruzado palabras el sábado pasado, mientras la otra doctora que la acompaña me mira como si me hubiese sali
