Mark Wilson. He estado por horas en la misma posición. Mis ojos duelen de tanto que miré estos malditos papeles. Mi teléfono no ha dejado de sonar, no solo mi celular, sino también el de mi escritorio, por lo que tuve que desconectarlo, no quiero hablar con nadie justo ahora. A mis recuerdos solo viene todo lo que me dijo la Doctora, no puedo condenarla por hablar, porque ya he oído lo mismo demasiadas veces y aun así me rehusé a creerlo, pero sus palabras me duelen de una manera distinta, no sé por qué, pero todo lo que tenga que ver con ella me afecta de formas tan extrañas que muchas veces no logro comprender. Llevo mi mano hasta mi pecho y saco mi gargantilla, la misma que tiene Lissy en la que estamos los tres juntos. Abro el compartimiento y allí está Lisandra, sonriente como siem