Mark Wilson.
Doy vueltas y vueltas con mi celular en la mano. Tomo mi trago de golpe y al fin me armo de valor. Tecleo algunas palabras rápidamente y doy enviar esperando una respuesta.
—¿Estás seguro? —Roberto pregunta desde el otro lado de la sala sentado en el sofá, también con un vaso de wiski en la mano. —Este es prácticamente un santuario para ti, ni siquiera dejas que tus familiares entren. No me imagino a alguien ajeno conviviendo con ustedes y tocando tus preciadas posesiones.
—No tengo de otra —afirmo, pero no estoy tan seguro de eso, soy el hombre de las mil opciones, nunca he dejado que algo me detenga sin tener un plan B o C o D. Entonces, ¿Por qué dejo que esta sea mi única solución? —Lo hago por Lissy, ella la necesita, por ahora solo pienso en ella, lo demás iré viendo
