Mark Wilson. —Señor, tengo algo urgente que comentarle —Toribia me susurra al oído en plena a reunión de la Junta Directiva. Creí haberle dicho que nadie debía interrumpirnos, y allí estaba ella, nuevamente desobedeciendo mis órdenes. Ya se le está volviendo costumbre. —Ahora no. Escríbelo en la agenda, lo veo al salir. Respondo seco, con la vista fija en el contador que está dando a conocer algunos balances que se le había pedido en la reunión pasada. —Es importante, Señor —me volteo y le dedico una mirada impasible, pero ella no se inmuta. —Hay una mujer allí afuera y dice que vino a verlo. Esto parece una maldita broma. De pronto me siento confundido y la vez furioso. ¿Qué mujer? ¿Solo para eso me está interrumpiendo en una junta tan importante? —No estoy esperando a nadie, Toribi