Desperté de nuevo en mi celda, Lisa me había dejado eso en claro, esa no era mi habitación, era mi celda. Al despertar me dolía la cabeza y de nuevo el área abdominal, era detestable sentirme así, después de todo puedo regenerarme pero cuando me llevaban a quirofano y me sedaban, mi regeneracion tardaba un poco mas así que por eso dolía mas. Los químicos que usaban para dormirme eran los que retazaban mi regeneración y sanación.
No obstante en esta ocasión, no era eso lo que mas me dolía, sino recordar las palabras de Lisa, ella nunca había dicho algo así, Lisa siempre fue amable, cariñosa conmigo... No sabia si preguntarle que hacer, deseaba preguntarle pero no sabia como y tampoco sabia si seria lo correcto, porque si todo lo que vi fue real, entonces no se que pasaría si ella se entera de que estuve consciente de todo en todo momento. Lisa era alguien de temer para mi, ella sabia todo de mi, sabia cuanto daño podía recibir y lo peor, sabia muy bien como causarmelo. sin embargo no reía que ella fuese a hacer algo contra mi, después de todo se trataba de Lisa, la subordinada de mis padres a quien ellos le confiaron a su unió hijo y también le legaron el mayor de sus proyectos. Lisa no era cualquier persona, ella era la persona en la que mis padres confiaron.
Pero con lo que vi, ahora no sabia que creer. Poco a poco, las sensación de los cirujanos hurgando en mis intestinos se hacia mas fuerte, me dieron nauseas y dolor de estomago, comenzaba a sudar frió y solamente pensaba en "esta sensación no es nueva". Comenzaba a entrar en crisis de nuevo, pero de inmediato abrieron la puerta y empujaron a Madeleine a través de ella. Mdeleine callo de rodillas junto a mi cama y de inmediato miro hacia arriba y me miro a los ojos, yo estaba hiperventilanto, intentaba controlar mi respiración pero era casi imposible. Madeleine me miro serenamente - calma, estas bien - levanto ambas manos para mostrarme que no tenia nada y acerco sus brazos hacia mi - déjame abrazarte, te prometo que no te haré daño, déjame ayudarte ¿si? - dijo Lisa, de nuevo con una voz que calmaría cualquier tempestad. Solo pude asentir con mi cabeza para decirle que si.
Ella se sentó en la orilla de la cama y me abrazo tranquilamente, era tan suave su abrazo, con el simple tacto logro despejar mi mente. Luego yo la abrace de regreso y ambos lloramos un poco en el hombro del otro.
Al abrazarla, me percate de que en su cintura había algo como una faja o tal vez era un vendaje, era extraño, ella nunca usaba fajas, no las necesitaba para empezar. Luego de estar unos segundos asi, ella separo un poco su rostro del mio - ¿Mejor verdad? - pregunto Madeleine haciendo uso de su delicada voz. - Si, gracias - respondí mientras tenia los ojos cerrados y disfrutaba de unos segundos de serenidad.
- Hey, chico especial - Dijo Madeleine casi que susurrando - mírame un momento - ahora si fue totalmente un susurro
abrí los ojos y la vi bien, ella estaba mas flaca y demacrada que nunca, ahora tenia una venda en su mano, incluyendo sus dedos, lo que me hacia pensar que tenia razon y lo que llevaba en su cintura no era una faja, sino un vendaje.
-Dime chica escandalosa - dije mientras sonreía.
-Jajaja no me digas así - dijo con una sonrisa y una voz muy forzadas. - No le creas a Lisa, puedo darte respuestas, si quieres saber lo que pasa, quédate esta noche y acuéstate pegado a la pared justo bajo el ducto- dijo Madeleine rápidamente en un susurro y sin mover los labios, mientras mantenía una sonrisa y una mirada fija hacia mi. - sana pronto, si es que puedes JAJA - dijo de forma exagerada. - No lo olvides, no te duermas - dijo susurrando
-Claro que si, se de lo que hablas, de mi inmortalidad ¿no? - respondí en doble sentido, para no tener que hacer la ridiculez que ella hacia.
-Bueno, ahora debo irme, esta vez no sera necesario que me quede- dijo Madeleine con una voz triste, luego de ver su reloj.
- Espera, ¿porque? quédate un poco mas- detuve a Madeleine tomandola por la mano que no tenia vendada.
- Perdón Aron, pero en realidad debo irme, suéltame por favor.- dijo con voz nerviosa
-No, no iras a ningún, lado, a demás porque estas herida, que te paso en la mano y porque te ves tan demacrada, si me respondes eso te dejare ir.
- Lo siento Aron, pero en serio tengo que irme, suéltame, no puedo responderte ahora.
- No te iras así - Insistí
- Aron que me suelt...- Madeleine cerro su boca y la tapo con sus manos y tosió con gran fuerza, dejando escapar chorros de sangre entre sus dedos, allí fue donde la solté y se tapo con ambas manos.
De inmediato entraron dos guardias, uno me detuvo a mi o una mano que puso en mi pecho y solo repitiendo una y otra vez la misma palabra - ATRAAAS ATRAS - gritaba el guardia de seguridad.
El otro que entro, tomo a Madeleine con amabilidad y la llevo afuera. Yo me quede preocupado, pensando en lo que le había pasado a Madeleine. Quería saber quien o que la puso en esa condición, sea quien sea no merecía respirar el mismo aire que ella.
Hice caso a lo que ella me había dicho y me quede para que habláramos al anochecer, no sabia como lo haría, pero si ella lo dijo, yo le creo, a demás no tenia mas nada. Esperaba que ella me diera una respuesta a lo que había visto recientemente y a lo que le pasaba a ella. Pero lo que me dio fue mas que solo la informaron. me guió a conseguirla.
Al llegar aproximadamente las doce de la noche, Yo estaba acostado como ella me lo pidió, con mi cabeza justo debajo del ducto de la ventilación.